El que paga y el que manda
Cuando mis hijos llegaron a la adolescencia intenté, sin mucho éxito, que se acostumbraran a recibir una paga semanal. La primera condición que pusieron fue que ellos decidirían en qué se la iban a gastar. No siempre el que paga manda, eso es lo que las Comunidades Autónomas le están diciendo al Gobierno, que quiere condicionar la financiación que les da para políticas de vivienda a que pongan en marcha las medidas con las que pretende limitar el precio de los alquileres. Como la vivienda es de mi competencia exclusiva, yo decidiré en qué me gasto la financiación estatal, dicen los gobiernos autonómicos. Como el Estado es el que paga, nosotros decidiremos, dice el ministerio de Vivienda.
La Ley que regula todo esto ha pasado casi indemne el control del Tribunal Constitucional, que no ha visto inconstitucional que los alquileres se limiten en las llamadas «zonas tensionadas», pero ha tenido en cuenta que para hacerlo se respetan las competencias de las Comunidades Autónomas, pues son estas las que pueden declarar o no si hay una zona tensionada en su territorio.
Sería más fácil resolver este tipo de polémicas si el comportamiento adolescente no se hubiera adueñado de parte de nuestra clase política, pero hay también que reconocer que en materia de financiación autonómica la Constitución adolece, precisamente, de lo que nos solía pasar a todos en esa etapa de la vida: querer al mismo tiempo una cosa y su contraria. A favor de la tesis de las Comunidades Autónomas juega que la Constitución no le da al Estado un poder de gasto universal con el que podría, pagando, condicionar sus competencias exclusivas. A favor de la tesis del Gobierno, que no hablamos solo de vivienda sino del derecho de todos a disfrutar de una y que el problema del acceso a la vivienda está afectando a toda la economía del país: la coordinación de la actividad económica y las condiciones básicas para el ejercicio de los derechos constitucionales sí son competencias del Estado.
En las políticas exclusivas de las Comunidades Autónomas, el Estado casi siempre paga, pero no manda casi nunca. Convendría que pronto se aclarara si esta es o no una de esas ocasiones.
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