Día de la Constitución

 




 
   ( Publicado en Diario SUR de Málaga  el 13 de diciembre de 2020)                       


           Las reglas del juego (V)


Tres palabras 

El chico tendría unos 17 años. Había estado un buen rato escuchando, como el resto de la clase, mi charla sobre el día de la Constitución. Este año, a causa del covid, nos habían llegado a la Universidad menos invitaciones que en ocasiones anteriores, pero atendí la mía con mucho gusto. Instituto de Enseñanza Secundaria, último año de bachillerato. Tras cuarenta minutos hablando de la libertad, la igualdad, la justicia, el pluralismo político, los derechos fundamentales y las virtudes de la democracia, llegó el turno de preguntas. Levantó la mano decidido, dispuesto a ser el primero en intervenir. Me miró directamente a los ojos y planteó la duda que todos tenían: «Oiga, pero todo eso que usted nos ha contado, ¿se cumple?».  

La pregunta tenía una respuesta fácil: admitir que las constituciones son buenas prohibiendo determinadas cosas a los poderosos y no tanto ordenándoles hacer otras. Que a veces no pasan de ser aspiraciones que nunca llegan a alcanzarse del todo. Que ninguna Constitución se cumple en su integridad. Y que alguien tiene la culpa de que eso pase también con la nuestra, en eso había donde escoger: la crisis, la casta, los independentistas, el populismo. Pero había también otra respuesta, más difícil de explicar: contestarle que la democracia es un bien preciado y frágil y que solo las sociedades que cuentan con una ciudadanía comprometida con los valores constitucionales pueden aspirar a que se cumpla su Constitución. Que no basta con que se proclamen los derechos, porque lo importante es luchar por su respeto. Que no hay que lamentar que la Constitución se vea vulnerada a diario, sino pensar en lo que puedo hacer yo para que se extienda su observancia. 

Dudé unos segundos y opté por la respuesta difícil. ¿La Constitución se cumple? Contesté su pregunta devolviéndole la misma mirada de franqueza que él me había dirigido. Creo que fue entonces cuando dije lo más importante de toda la charla. Fueron solo tres palabras: «depende de ti».



 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Amnistía: de las musas al teatro

Tres tesis sobre el comunicado de la investidura

Cuatro intervenciones en medios audiovisuales sobre la amnistía y la Constitución