Las circunstancias

 

(Publicado en Diario SUR de Málaga el 13 de junio  de 2021)

Las reglas del juego (XVIII)            

  

    Fue José Ortega y Gasset, en el debate en las Cortes de la II República sobre el Estatuto de Autonomía de Cataluña, el que acuñó el término de «conllevanza» para referirse a sus relaciones con el resto de España. Hace de eso casi 90 años. Hace un par de semanas, ha sido Felipe González el que, terciando en la cuestión de los indultos a los condenados por la sedición en la que terminó el procés, ha imprimido otro giro orteguiano al debate: «en las actuales circunstancias, yo no lo haría», dijo el expresidente del Gobierno. Son muchos los que han alabado o criticado sus palabras, pero lo trascendente, a mi juicio, es que desde entonces la conversación pública sobre este asunto se ha enriquecido con un matiz importante: ahora no debatimos solo sobre los indultos, sino sobre los indultos... y sus circunstancias.

    A primera vista, razonar de este modo contribuye poco a inclinar la balanza en un sentido u otro, pues todo dependerá, como es obvio, de cuáles sean las circunstancias que tomemos en cuenta. Habrá quien piense que la más relevante es que el Gobierno los apoya solo para perpetuarse en el poder, del mismo modo que otros pensarán que la oposición los critica solo porque de ese modo logra erosionar la posición del Gobierno. Sin embargo, solo el hecho de aceptar que el acierto o desacierto en la decisión de indultar depende de las circunstancias nos obliga a admitir que, si estas cambiaran, podría cambiar también nuestro parecer. El más ferviente de los apoyos o la más firme de las oposiciones se convierten, así, en una postura circunstancial. 

    Atender a las circunstancias supone abandonar una aproximación esencialista a los indultos, como si fueran la suma de todos los males sin mezcla de bien alguno (que es como los escolásticos definían el infierno) o el bálsamo de Fierabrás que resolverá de una vez por todas el permanente «manantial de perturbaciones» (la expresión es ahora de Azaña) en el que se ha convertido el independentismo catalán. 

    Indultos, ¿sí o no? Quizá deberíamos hablar un poco menos de las esencias y un poco más de las circunstancias.