Un solo Gobierno


 




(Publicado en Diario SUR
 de Málaga 
el 20 de marzo de 2022)


Las reglas del juego (XXXVI)         





    Se suceden los asuntos importantes en los que hay ministros que airean en público, y de manera contundente, sus diferencias entre ellos y con el propio presidente del Gobierno. Por citar sólo las ocasiones más recientes, ha ocurrido en relación con la reforma fiscal, con las macrogranjas, con las medidas encaminadas a abaratar el coste de la energía, con la entrega de armas a Ucrania, con el incremento del presupuesto de Defensa y ahora con las relaciones con Marruecos y el giro radical en la posición española sobre el Sáhara occidental.

    El argumento de que este tipo de discrepancias son normales cuando es una coalición de partidos la que consigue formar gobierno convence solo a medias, pues hay numerosos ejemplos de gobiernos de coalición, tanto fuera de nuestras fronteras como en algunas Comunidades Autónomas españolas, en los que lo normal es lo contrario, es decir, negociar previamente las desavenencias conocidas (para eso se firma un pacto de gobierno) y lidiar con las imprevistas – que, justo es reconocerlo, se han presentado últimamente con una inusitada frecuencia – de puertas para adentro. 

    El pluralismo dentro del Gobierno no solo está presente en gobiernos de coalición. Puede darse también cuando lo forma un solo partido político, donde de hecho estarán presentes sensibilidades y lealtades diversas. Sin embargo, se encuentra fuertemente limitado por la Constitución, que lo concibe como un sujeto constitucional único y con una unidad de acción constitucionalmente reforzada desde un triple punto de vista: en primer lugar, es un órgano colegiado, es decir, toma sus decisiones colectivamente; además, es un órgano solidario, en el que cada uno de sus integrantes es igualmente responsable de los actos de todos los demás; y, por último, se encuentra bajo la dirección y coordinación del presidente,  que puede libremente nombrar y cesar a todos los miembros de su gabinete. 

    Tanto si lo forman varios partidos políticos como si es monocolor, el Gobierno de la Nación es solo uno. En nuestro diseño constitucional, debe actuar en una sola dirección y, lo que puede ser incluso más importante, hablar con una sola voz.

 

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