Censura, que algo queda
Dice la Constitución que la acción del Gobierno debe controlarse por las Cortes Generales. La práctica, sin embargo, permite añadir a este mandato constitucional otro ligeramente distinto: que la acción del Gobierno se controla también en las Cortes Generales. Lo que distingue el control por del control en el Parlamento es que en el primer caso lo trascendente es lo que allí se vota, mientras que en el segundo su papel queda reducido a un escenario y lo único que importa es lo que allí se dice. Esta diferencia se ilustra claramente con el ejemplo de la moción de censura al presidente del Gobierno presentada por el grupo parlamentario Vox que próximamente se debatirá en el Congreso de los Diputados.
No es infrecuente, sino todo lo contrario, que la práctica política cambie de sentido algunas funciones del Parlamento, no sólo las de control (hace tiempo que las preguntas que se hacen al Gobierno en el hemiciclo ya no tienen como finalidad que se informe a la oposición), sino también la legislativa (empiezan a no ser una rareza las leyes-relato, densas en las exposiciones de motivos y ligeras de contenido normativo). Eso mismo es lo que está sucediendo con la moción de censura: está constitucionalmente diseñada como el mecanismo más importante de control del Gobierno por el Parlamento, hasta el punto de que, si se aprueba, su presidente cesa y ocupa su lugar el candidato alternativo. Pero de las cinco que se han presentado en democracia, sólo una, la que propició el cambio de Mariano Rajoy por Pedro Sánchez, ha cumplido este papel. En las demás, el debate de la censura en el Parlamento transformó su naturaleza, pues no se usó para la remoción parlamentaria del presidente del Gobierno, sino para movilizar al electorado en su contra.
De manera que es cierto que tras una moción de censura, aunque no se consiga derrocar a un presidente, siempre queda algo. Ahora bien, hay que tener cuidado con lo que queda, que puede no ser lo esperado: hay quien ha ido con la censura a desgastar al Gobierno y ha conseguido ganar las siguientes elecciones, pero también hay quien de ese viaje sólo ha conseguido salir él mismo trasquilado.
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