Perder y decirlo

( Publicado en Diario SUR de Málaga  el 15 de noviembre de 2020) 

Las reglas del juego (III)

En democracia es esencial aceptar la derrota

Acaba el partido y los dos jugadores se acercan a la red a estrecharse la mano. Un gesto que habla: «me has ganado en buena lid y acepto tu victoria. Espero poder ganarte la próxima vez», nos dice el perdedor. «He ganado, pero estaré dispuesto a aceptar mi derrota cuando me venzas», responde el ganador. En una democracia, que el vencido acepte públicamente la derrota electoral y el vencedor los límites de su triunfo no es solo cuestión de fair play, es una regla esencial para que el sistema funcione. Significa que los contrincantes aceptan las reglas del juego (la Constitución) y que el que pierde reconoce la legitimidad del ganador. «Me has vencido, no voy a dar un golpe de Estado contra ti»; «te he derrotado, pero serás libre para volver a intentarlo», nos dicen.

En algunos países, como Estados Unidos, la aceptación de la victoria por parte del perdedor es tan importante que se ha convertido en una costumbre constitucional. Tras las elecciones, el discurso del que pierde, concediendo la victoria, antecede siempre al del ganador aceptando el encargo del pueblo. También en esto ha sido distinta, para peor, la presidencia de Donald Trump. Su actitud ante la derrota no ha hecho sino confirmar que verdaderamente no le importaba dañar la democracia con tal de mantenerse en el poder.

En España se está perdiendo la costumbre de reconocer el triunfo del ganador en la noche electoral. Deberíamos recuperarla. Es cierto que en un sistema parlamentario como el nuestro, ganar las elecciones no significa necesariamente gobernar. Pero la concesión de la victoria sigue teniendo una importante carga simbólica. Ahora, con la fragmentación, el discurso del derrotado adquiere, además, un nuevo significado constitucional: «Has ganado. Puede que no gobiernes, pero te reconozco el derecho a intentar formar una mayoría que apoye tu investidura; yo no lo intentaré hasta que admitas que tú no lo has conseguido».