Presupuestos

 


(Publicado en Diario SUR de Málaga el 28  de noviembre de 2021)


Las reglas del juego (XXVII)           





    

    La idea de que los presupuestos deben ser aprobados en el Parlamento es una de las más antiguas del constitucionalismo. Germinó en sus manifestaciones más primitivas, antes incluso que el concepto moderno de Constitución, como reclamación aristocrática frente a los monarcas absolutos, a alguno de los cuales les costó el Trono, cuando no la cabeza, desoír las exigencias de los nobles que no estaban dispuestos a poner a disposición del Reino sus ejércitos y sus dineros cada vez que al Rey se le ocurría irse a la guerra. 

    Esa misma idea viajó siglos más tarde al otro lado del Atlántico como un principio revolucionario tan poderoso (no taxation without representation) que sirvió de principal ariete para lanzar a los norteamericanos a luchar por su independencia contra los ingleses. Y regresó de nuevo a nuestro continente, de esto último hace solo un siglo y medio, cuando en Alemania (dónde si no) le dieron categoría jurídica a la intervención del Parlamento en la aprobación de las cuentas estatales mediante el artificio de considerar que el Presupuesto tiene forma de Ley. Desde entonces, a pesar de que el Presupuesto del Estado, como todos los presupuestos (y a diferencia del resto de las leyes), tiene muchas más cifras que letras, se le considera formalmente una Ley que, como tal, debe ser aprobada en sede parlamentaria.

    Con el tiempo, esa peculiar Ley ha pasado a ser la más importante de cada año. En los sistemas parlamentarios, su aprobación certifica que el Gobierno sigue contando con la confianza que el Parlamento le prestó al comienzo de la legislatura y su rechazo que la ha perdido, lo que hasta que se inventó la posibilidad de prorrogar los presupuestos del año anterior, suponía el inmediato cese del Gobierno y la convocatoria de elecciones. 

    Pero, precisamente porque las piezas políticas que se pueden cobrar son de auténtica caza mayor, en el debate sobre la Ley presupuestaria las cifras del Presupuesto son solo una pequeña parte del escenario en el que Gobierno y Oposición pugnan por salir victoriosos. Paradójicamente, el incremento del control político ha terminado reduciendo el control presupuestario.

 

 

 

 

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